Después de una pausa que se estiró demasiado, vuelve GPCine en su nueva Edición Especial Verano 2011. Tragos, tentempiés, y una proyección al aire libre (dependiendo del clima) para festejar el fin de año y la creación de la Dirección de Cultura de Generación Política Sur. Para tamaño festejo, esta vez la película en cuestión sacrifica la seriedad en favor de la comedia, la política en favor de las hormonas, y el análisis en favor de las carcajadas.
Presentada en la Quinzena de los Realizadores del Festival de Cannes en 2009, Les Beaux Gosses llegó al Bafici el año pasado y si bien no ganó nada, fue una de las grandes finalistas en la competencia por la película que más carcajadas sacó de una sala. Comedia adolescente protagonizada por dos losers en plena explosión hormonal, la ópera prima del historietista de culto Riad Sattouf remite directamente al cine zarpado americano de los ’80 (con clásicos como Porky's) y la sentida revisión del género que vimos en películas como Supercool (Greg Mottola, 2007) Pero entre toda la ridiculez de los besos torpes, seducciones frustradas, y masturbaciones compulsivas, Les Beaux Gosses construye un gran ejemplo del género coming-of-age (o "película de iniciación") al mismo tiempo que se mete con la compleja supervivencia comunitaria de la escuela secundaria y destruye cualquier prejuicio simplista que alguien todavía pueda tener sobre el cine francés. Nadie que vea Les Beaux Gosses va a aceptar nunca más que alguien califique al cine galo de aburrido, lento, o solemne.
Les Beaux Gosses
Francia, 2009
Dirección: Riad Sattouf
Intérpretes: Vincent Lacoste, Anthony Sonigo, Alice Trémolière
Con más de 40 años de carrera, el francés Barbet Shroeder debe ser uno de los más eclécticos cineastas europeos. Su obra como director y productor arranca en los '60 e incluye de todo: películas de Eric Rohmer, documentales de investigación (El abogado del terror, sobre Jacques Vergès, o Koko, le gorille qui parle, título bastante self-explanatory), thrillers hollywoodenses al borde de la clase B (Mujer soltera busca, Cálculo mortal), una adaptación de Fernando Vallejo (La Virgen de los Sicarios), y hasta un capítulo de Mad Men.
El General Idi Amin Dada, campeón de boxeo en la categoría peso pesado del Ejército ugandés, toma el poder en 1971 tras un golpe de Estado al presidente Obote. Autotitulado Señor de Todas las Bestias de la Tierra y Peces en el Mar, y Conquistador del Imperio Británico en África en General y Uganda en Particular, Amin parece el modelo sobre el cual se construyó el arquetipo del dictador africano: corrupción, genocidio, pobreza extrema, y delirios de grandeza. En su "Guerra Económica" - declarada después de un sueño - desterró a 50.000 asiáticos, que sostenían la economía nacional. Mientras dejaba un tendal de cientos de miles de desaparecidos, ganándose el mote de "El Carnicero de Kampala", Amin solía mandar telegramas a la ONU contra los judíos, a Nixon en solidaridad por el Watergate, al presidente de Tanzania expresandole su amor y diciendole que se casaría con él si no fuera un hombre, y hasta a la Reina Elizabeth ("Querida Liz, si querés conocer a un verdadero hombre, vení a Kampala").
En 1977, un artículo del Times lo describía así: "Es un asesino y un payaso, un bufón de corazón enorme y un tirano arrogante. Puede ser juguetón como un gatito o letal como un león. Mide 1,95 , carga el enorme peso de casi 140 kilos, y por ese grosor corre el desaforado ego de un chico, loco por atención y reverencia". Según la misma nota, existía la leyenda de que Amin guardaba en un freezer las cabezas de sus enemigos politicos, incluido el Presidente de la Corte Suprema, y de tanto en tanto gustaba de abrir la puerta y sermonearlos acerca de lo malo de sus políticas.
En 1974, Shroeder y su equipo de filmación - que incluía al legendario director de fotografía Nestor Almendros - viajan a Uganda y le proponen al General hacer un documental sobre su persona. Megalómano sin igual, Amin asume un control casi total del documental y de todo lo que se ve en pantalla, armando situaciones delirantes para las cámaras, que incluyen un patético ejercicio militar que simula la invasión de las Alturas del Golán, y una reunión de gabinete donde los ministros (se dice que muchos de ellos eran analfabetos) parecen alumnos tomando apuntes mientras él, jocoso, les enseña a gobernar (entre chistes y risas, Amin lo reta al ministro de Relaciones Exteriores porque no publicita suficientemente al país, Shroeder contará que un par de semanas después el cuerpo del ministro apareció flotando en el Nilo)
Shroeder hizo dos versiones de la película. Una especial para Amin, que quedó muy complacido, y otra, con media hora más, que se estrenó en el resto del mundo. Amin envió agentes a Inglatera a ver la película y transcribir su contenido. Luego le mandó una carta a Shroeder pidiendole que recorte escenas, a lo cual éste se negó. En respuesta, Dadá ("Gran Papá") juntó a 200 franceses que vivían en Uganda, los encerró en un hotel rodeado por el Ejército, les dio el teléfono de la casa de Shroeder, y les explicó que sólo los liberaría si éste aceptaba recortar su película. Schroeder obviamente lo hizo, reemplazando los huecos con carteles que responsabilizaban a Amin por los cortes. Cuando el dictador cayó, en 1979, restituyó el material eliminado.
En la película, los eventos prefabricados y las declaraciones de Amin (que ama hablar de sí mismo, y a la cámara le encanta registrarlo) son tan transparentes que a Shroeder no le hace falta más que insertar comentarios y aclaraciones en off para que el personaje Amin aparezca en todo su delirante, sanguinario, y encantador esplendor. Amin parece haber nacido para ser filmado, y lo sabe. Si este admirador de Hitler buscaba obtener con Shroeder lo que el Fuhrer logró con Leni Riefenstahl, el resultado final es un reverso al estilo Bananas de Woody Allen, una vanagloración ridículamente tercermundista, siniestra, y casi camp.
General Idi Amin Dada no es un documental especialmente bueno, pero es fascinante.
Está presentado como un autorretrato de Idi Amin, el dictador de Uganda,
y muestra varios días en la vida de uno de los tiranos más temidos del mundo.
"En el fondo, The Fog of War habla sobre la ineptitud de la inteligencia humana. El retrato que hace Morris del ex Secretario de Defensa y principal arquitecto de la guerra de Vietnam es el producto de más de 20 horas de entrevistas. Elegantemente comentado con material de archivo y cintas de audio desclasificadas de la Casa Blanca, The Fog of War permite que este encantador octogenario revele lo que le enseñó la crisis de los misiles en Cuba (no hay que tener fe en la racionalidad) y detalle sus menos conocidas experiencias como colaborador para el bombardeo de Japón en la Segunda Guera y pionero del cinturón de seguridad en los automóbiles." (...)
"Por fuera de lo que uno piense de McNamara, The Fog of War es una experiencia aleccionadora. Más que mostrarnos a un viejo diablo con rostro humano, la película demuestra que el camino hacia el infierno está hecho de buenas intenciones. ¿O acaso hubo alguien mejor o más brillante que Robert McNamara? Desafortunadamente, como bien demostró la debacle de Vietnam, la inteligencia dificilmente es una garantía contra los propios fracasos. McNamara mismo provee el título de la película: una frase que significa que la guerra implica variables demasiado complejas para la mente humana."
"Durante toda mi vida participé en guerras. 3 años en el Ejército durante la Segunda Guerra; 7 años como Secretario de Defensa durante la guerra de Vietnam; 13 años en el Banco Mundial por todo el mundo. A mi edad, 85 años, estoy en un punto en el que puedo mirar hacia atrás y derivar algunas conclusiones sobre lo que hice. Mi regla siempre fue aprender, tratar de entender qué fue lo que pasó. Procesar esas lecciones y enseñarlas."
"Sé lo que muchos están pensando.
Están pensando 'Este hombre es engañoso'.
Están pensando que mantuvo muchas cosas en secreto.
Están pensando que no cumplió con la voluntad y los deseos del pueblo americano.
Y quiero decirles que están equivocados"
Robert S. McNamara
The Fog of War: Eleven Lessons From the Life of Robert S. McNamara (2003)
Se acaban las vacaciones, arranca el año, y comienza GPCine, el ciclo de películas en la Casa de GPS que hará las delicias de gepesianxs, amigxs, e invitadxs durante 2011. De aquí en más, todos los miércoles a las 20 hs, GPCine programa una serie de ciclos con una línea común que, sí, será bastante arbitraria. La primera función es de entrada libre y gratuita. Después de la película, si hay ánimo y voluntad, se brindará por el comienzo de este Películas Para Todos.
El ciclo de inauguración se llama Personajes y arranca con Il Divo, film de Paolo Sorrentino sobre los últimos años de Giulio Andreotti, figura central de la Democracia Cristiana y Presidente del Consejo de Ministros de Italia durante el secuestro y muerte de Aldo Moro.
Ni vidas ejemplares, ni modelos a seguir, ni líderes a imitar. Los personajes de GPCine son, antes que nada, animales políticos, a veces más políticos, a veces más animales. Cada una de estas vidas es una lección sobre el manejo del poder a un nivel capaz de cambiar el curso y la vida de un país. Un manejo demasiado humano (y por eso inteligente, perverso, valiente, megalómano, caprichoso, siniestro) que trasciende análisis simplistas y permite, por qué no, un poco de humor negro.
La idea de un ciclo de cine en la casa de Generación Política Sur venía circulando hace rato, y ahora está finalmente tomando forma. Como verán todavía estamos en etapa borrador, pero lo suficientemente avanzados como para que puedan pispear de qué se trata. Así que a continuación, y en orden absolutamente aleatorio, pueden ver una selección de diez títulos que se van a proyectar en día y hora a confirmar próximamente. El Equipo de Producción de GPCine ya se encuentra ultimando los detalles técnicos para lo que seguramente será el mayor evento gepesiano del verano (a menos, claro, que logremos la reunión con Vladimir Putin)
Películas comprometidas, indiferentes, vanguardistas, pochocleras, independientes, pasatistas, irreverentes, inteligentes, estúpidas, progresistas, reaccionarias, premiadas, malditas, modernas, conservadoras, reconocidas, ignotas, eminentes, ridículas, pero nunca nunca aburridas. Películas para Ver, como las llamaríamos acá.
Robert McNamara, Secretario de Defensa de Estados Unidos (1961-1968)
"Durante mi vida, participé en guerras. Tres años en el Ejército en la Segunda Guerra. Siete años como Secretario de Defensa durante la guerra de Vietnam. Trece años en el Banco Mundial, por todo el mundo. A mi edad, 85 años, llegué a un punto en el que puedo mirar hacia atrás y sacar algunas conclusiones acerca de mis actos. Mi regla siempre fue tratar de aprender, de entender qué fue lo que pasó. Desarrollar esas lecciones y comunicarlas."
(...)
"Es casi imposible para la gente de hoy ubicarse en esa época. En mis siete años como Secretario, estuvimos a un pelo de entrar en guerra con la Unión Soviética en tres ocasiones distintas. En siete años como Secretario, viví la Guerra Fría 24 horas al día, los 365 días del año."
(...)
LeMay dijo "Si perdíamos, todos hubiesemos sido procesados por crímenes de guerra". Y yo creo que tiene razón. Él, y diría que yo también, actuábamos como criminales de guerra. LeMay reconocía que lo que estaba haciendo habría sido inmoral si nuestro lado hubiera perdido. Pero ¿qué es lo que hace que sea inmoral si perdés y no inmoral si ganás?
The Fog of War - Eleven Lessons From the Life of Robert S. McNamara
Director: Errol Morris
EE.UU.
95 min
Oscar 2004 al Mejor Documental imdb
A fines de los setenta, mucho antes de dirigir The Fog of War, Errol Morris era un joven cineasta que no terminaba nunca de concretar la que sería su primera película, el documental Gates of Heaven. El joven Morris daba vueltas y la película no se hacía, así que su amigo Werner Herzog, harto y resignado, le dijo que si algún día finalmente lograba terminar esa película, él se comería sus zapatos. Herzog, se sabe, es un hombre de palabra. Así que lo hizo. También aprovechó la ocasión para un poco de perorata setentista contra la publicidad y la televisión, pero es difícil criticarle la seriedad extrema a un tipo que se está almorzando sus propias botas. Werner Herzog Eats His Shoe registra el cumplimiento de una de las apuestas más comunes pero menos realizadas. Un ejemplo de compromiso, y el tipo de historias que desde GPCine promovemos como contenidos cinematográficos, junto a sagas como aquella del hombre que bajó a comprar puchos y nunca volvió.
"Hola, les voy a leer una declaración de estado de guerra (...) en los próximos catorce días vamos a atacar un símbolo o institución de la injusticia norteamericana"- Comunicado de The Weather Underground, mayo de 1970
"Me parece que la guerra de Vietnam nos volvió a todos medio locos", sugiere sobre el final de The Weather Underground un ahora adulto miliante radicalizado. Esa modesta observación seguramente podría hacerse, mutatis mutandis, sobre el 11/9, pero el por momentos atrapante documental de Sam Green y Bill Siegel logra evocar la particular intensidad y extensión de aquella locura que poseyó a muchos norteamericanos durante el curso de la guerra remota más larga en la historia del país.
(...)
En sus mejores momentos, The Weather Underground ilustra lo que los franceses llaman una mentalité - una conciencia unificadora que caracteriza a una formación social durante un período extenso. Para los jóvenes teroristas y criminales de los Weather Underground, esa mentalité se fundaba en un absoluto asco moral hacia la guerra no-declarada en Vietnam, un odio contra la idea de su propia raza y clase privilegiadas, y una sensación de inminente revolución mundial".
"No es tanto la genealogía del poder de Silvio Berlusconi, ni una explicación sobre el poder de la imagen; ni tampoco la denuncia de los efectos producidos por la televisión luego de treinta años de anestesiar conciencias, amordazar opiniones, comprar voluntades, embrutecer generaciones y erosionar letalmente una vasta y decisiva tradición cultural y política. Videocracy es, más bien, un ida y vuelta en el tiempo sobre cómo la lógica de la televisión fue moldeando a una clase política y, por extensión, a un país. El éxito inmediato, el ascenso y la caída de personajes ignotos, el dinero como lógica única de intercambio, la frivolidad como razón de estado y la eliminación de la democracia como sistema de consensos son los puntos cruciales de este documental arrasador. Todo el dispositivo que pone en marcha Erik Gandini –de manera contundente pero con una conciencia muy precisa del uso del humor– tiene por finalidad hacer ver los entretelones y personajes que hicieron posible esta mutación y dejar flotando sobre el espectador la pregunta sobre el futuro, sobre la posibilidad de que haya vuelta atrás." (Catálogo Bafici 2010)
Videocracy
Director: Erik Gandini
Reino Unido/Suecia/Dinamarca/Finlandia
85 min imdb
Bill Maher es un comediante y humorista político norteamericano, graduado de la Cornell University. Empezó como cómico stand-up en el circuito de bares de Nueva York en los '80, y en 1993 su programa "Politically Incorrect" lo llevó a la cadena ABC, donde estuvo hasta 2003. En 2008, protagonizó Religulous, una road movie en la que ridiculiza los fanatismos religiosos, dirigida por Larry Charles, director de Borat.
Hoy tiene su propio programa de análisis político y humor en HBO, Real Time with Bill Maher, que ya lleva ocho temporadas invitando políticos, artistas, e intelectuales americanos. En el último episodio, estuvieron sentados el ex gobernador y pre-candidato presidencial Mike Huckabee, el diputado demócrata de Pennsilvania Joe Sestak, la directora de cine Nora Ephron, la corresponsal politica de CNN Jessica Yellin, y el director Michael Moore.
But I'm Not Wrong es el último de sus cinco especiales para HBO, que recopilan sus presentaciones por todo Estados Unidos.
"Hay muchos documentales sobre la vida urbana, con miles de situaciones filmadas en las calles, pero pocos pueden dar cuenta con tanta nitidez de la compleja y conflictiva situación del espacio público como El poder de la palabra. En la capital chilena se comenzaba a implementar una remodelación de la red de transporte público. El proyecto se llamó Transantiago y contemplaba varias etapas, entre ellas el adiestramiento de los choferes para la nueva mecánica. Pero nadie había previsto qué lugar iban a ocupar los vendedores ambulantes y artistas callejeros, incorporados a la vieja lógica. El director Francisco Hervé siguió las tribulaciones de Hardy Vallejos, un vendedor que construyó un pequeño fenómeno al reunir a más de mil trabajadores con el objetivo de enfrentarse a la nueva economía del transporte para reclamar un espacio legítimo. Un retrato de la resistencia desde una forma de micropolítica, pero también una reflexión sobre el poder, el lenguaje y la dinámica social desde una perspectiva inédita" (Catálogo Bafici 2010)
El poder de la palabra
Director: Francisco Hervé
Chile
75 min imdb
"Las guerras europeas del siglo veinte a través de sus cocineros. Una idea ocurrente y llamativa, pero no delirante: después de todo, la comida es esencial a cualquier ejército en campaña. Los testigos pasan ante cámara, cada cual hace su monólogo con una elaborada puesta en escena que remite al conflicto. Desde la Segunda Guerra Mundial hasta los últimos choques en los Balcanes, Cooking History pasa revista a las invasiones rusas a Hungría y Checoslovaquia, la independencia argelina de la colonización francesa, o la resistencia chechena que aún continúa. Todo mientras gourmets y campesinas autoconvocadas se unen en el cálculo de porciones y ranchos. Algunos tienen un gran anecdotario personal, como el catador particular del mariscal Tito, encargado de evitar el envenenamiento de su empleador; otros aportan, desde el ángulo culinario, una nueva mirada al casus belli en cuestión. Un hallazgo de la historia mínima."
(Catálogo Bafici 2010)
Cooking History (Ako sa varia dejiny)
Director: Peter Kermeker
Rusia
88 min cookinghistory.net
"A los 83 años - aunque luce veinte años más joven - Jacques Vergès fue alguna vez la estrella de la ultraizquierda francesa de posguerra, que comenzó en los '50 como un gallardo defensor de los revolucionarios algerinos contra la opresión colonialista, salvando a la hermosa activista Djamila Bouhired de una condena a muerte, para luego casarse con ella. Pero luego, en medio de una confusa y ácida nube de evasión, cinismo, subterfugios morales y honorarios astronómicos, se dedicó a trabajar para toda clase de terroristas y activistas cuya calidad de víctima y dignidad moral eran, como mínimo, cuestionables. Finalmente, se transformó en el defensor del criminal nazi Klaus Barbie y otros personajes desagradables [como Khieu Samphan, ex presidente de Camboya y figura de los Jemeres Rojos, o Ilich Ramírez Sánchez, mejor conocido como "Carlos el Chacal"]
(...)
La historia de vida de Vergès es, en algún sentido, la historia secreta del activismo, el terrorismo y la revolución en el período de posguerra. Las novelas de Don DeLillo y las películas de Oliver Stone JFK y Nixon nos enseñaron a intuir un "estilo paranoico" en la política norteamericana y de los países prósperos occidentales en general: un sistema político que sospecha de ataques encubiertos desde adentro y promueve ataques encubiertos contra los supuestos atacantes foráneos. Frente al cortés y cosmopólita Vergès, hay un poquito de razones para ponerse paranoico."
"Basada en la figura pública y privada de Giulio Andreotti, uno de los principales representantes de la Democracia Cristiana en la política italiana y primer ministro durante tres mandatos, era difícil que este film de Sorrentino fuera menos controvertido. Con un ritmo que no decae, traza un muy logrado retrato –cruel para algunos, para otros demasiado humano– de un personaje casi caricaturesco en la vida real a partir de la excelente interpretación de un Toni Servillo irreconocible. La historia no deja de lado las presuntas vinculaciones de Andreotti con la mafia, la intimidad con su mujer de toda la vida ni su relación e implicación en el secuestro de Aldo Moro, poniendo en escena un seductor juego de similitudes entre films como El padrino o La dolce vita y los manejos del poder y la política en las altas esferas."
"En 1989, el país entero había visto en vivo por televisión al pueblo movilizado en la plaza, frente al palacio de gobierno, festejando la huida en helicóptero del dictador Ceacescu. En un barrio tranquilo al este de Bucarest, a 16 años de ese día histórico, Jderescu, el dueño de un canal de tv local invita a dos personas a compartir sus momentos de gloria revolucionaria. Uno es Piscoci, un viejo jubilado que suele disfrazarse de Santa Claus en las navidades, el otro es Manescu un profesor de historia endeudado por dilapidar su sueldo en bebida. Juntos van a evocar el día en que irrumpieron frente a la casa de gobierno al grito de “Fuera Ceacescu”. Pero muchos televidentes llaman al programa para refutar la versión de estos curiosos personajes, sosteniendo que Ceacescu huyó y la gente luego llenó las calles y las plazas. ¿Fue una verdadera revolución? ¿Cuál es la verdad histórica? El debate transita por los ribetes del absurdo ante unas torpes cámaras de tv que no logran acertar un solo encuadre." (Catálogo Bafici 2007)
12:08 Al Este de Bucarest (A Fost Sau N-A Fost?)
Dirección: Corneliu Porumboiu
Rumania
89 min
Cámera D'Or en el Festival de Cannes 2006 imdb
